12 de abril de 2009


Y la vida del pobre no cambia.
La plata nunca nos alcanza.
La ilusión no nos llena la panza,
pero no hay que perder la esperanza.
Si al menos yo ganara lo que cobra un consejal,
mi vida cambiaría no sería igual.
Pero
la buena vida no es para cualquiera,
el pueblo siempre baila con la más fea.
Estoy re chino de comer arroz.
Si hay té con galletitas le doy gracias a Dios,
y le pido a la virgen no me vaya a enfermar,
son más caros los remedios que mi funeral.

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